martes, 16 de febrero de 2010

Frases cortas sobre Dublín (una mirada fría)

El ala de un avión suspendida en el espacio, quieta, mientras el mar gira 180º para ponernos dirección a Dublín. La ciudad aparece como una espiral inconexa que respira y fuma por dos enormes chimeneas que crecen en el puerto. Desde el centro a la periferia las casas van dispersándose cada vez más como en una estadística de puntos. Sobre la ciudad un tupido techo de lana gris y hielo.

Las calles son cicatrices grises con costuras de colores artificiales, colores de plástico, colores en coma.
De un lado a otro los edificios se miran fijamente con ventanas vacías, heladas y alucinadas o tuertas.
Las sudorosas tiendas desprenden un característico olor a comida rápida. La cruda realidad concuerda aquí con el espacio y el tiempo.
El frío roba lo que sobra y mantiene lo que hay.

Las personas que pasan frente a la ventana de esta cafetería son improbables personajes de cuentos y pesadillas. Son grises y amarillos, austeros y sonrosados. Rasgos rectos y afilados abarrotan sus caras y exhalan "frío por los ojos", como caballos en una mañana helada.
Parecen más anónimos que en cualquier otro lugar, no se imagina grandeza en sus vidas, ni calor. No imagino sueños o esperanzas sino realidad y automatismo. Expectativas baratas.

La casa es una fea encantadora. Alguien parece haber tirado las habitaciones como si fueran granos de arroz en una boda y tal como cayeron, así se quedaron.
Escaleras y recovecos.
La casa es de otoño, de hojas secas, incluso cruje como ellas cuando la pisas. De sabia y resina, de corteza de árbol. Es como un tronco cuyas hojas son fotografías y pósters.

1 comentario:

Suso López dijo...

Hola! me acabo de unir al grupo en facebook, me ustan vuestras palabras. Un saludo!

Suso

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