viernes, 19 de febrero de 2010

Petó-M, por Josevi Catalán Berriatúa

Un reciente estudio de la Universidad de Lleida revela que en los labios de quien hace mucho tiempo que no besa se van acumulando minúsculas partículas de amor, esperanza, ilusiones, ansiedad y también, aunque depende del sujeto, se encuentran restos de tristeza. Pero lo verdaderamente novedoso de esta investigación, que publicará en su mes de marzo la prestigiosa revista Science, es que todos estos elementos se agarran a la fina epidermis labial y no se dispersan por más que entren en contacto con limpiadores universales como son el alcohol o el agua. Ni siquiera, afirman los lleidatanos, el afectado corre el peligro de que estas partículas entren al torrente sanguíneo con la comida, ya que están forradas de un suavísimo terciopelo que hace resbalar a los alimentos. Los pintalabios, revelan, tampoco hacen efecto. Evidentemente, cuanto más tiempo pasa una persona sin besar, más restos se acumulan. Estas partículas se unen, por efecto de una enzima llamada necesitasa, formando una sustancia química que han querido bautizar como PETÓ-M. Lo sorprendente es que el PETÓ-M de un individuo es complementario con el PETÓ-M de otro individuo y al juntarse dos PETÓ-M se produce una “maravillosa” (cita textual del estudio de la UDL) reacción química “algo estupefaciente” que induce a ambos afectados a un profundo e inmediato estado de felicidad. Ésta es, concluyen los investigadores, la única manera de limpiar los restos de amor, esperanza, ilusiones y ansiedad acumulados en los labios de quien hace mucho tiempo que no besa.

1 comentario:

Escritores en ciernes dijo...

Me encanta!!!!!!!!!!!!!!!!!!! es muy dulce, original y bonito. Y me ha hecho reír.

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